La epopeya de Dani Anglada: tres semanas para conquistar un mundial
- Dario D'Atri
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- hace 4 días
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El regatista invidente y su equipo logran la plata en el Mundial de Vela Inclusiva de Omán tras una hazaña que desafía todos los pronósticos
Hace apenas tres semanas, Dani Anglada Pich comenzaba a buscar financiación para un sueño que muchos consideraban una locura. Hoy, regresa de Omán con una medalla de plata en el primer Campeonato del Mundo de Vela Inclusiva, dejando boquiabiertos a los equipos británicos que llevan más de 15 años navegando juntos.
"Pensar que hace tres semanas yo empecé a buscar el equipo, a buscar la financiación…", confiesa Dani desde tierras omaníes, todavía asimilando lo conseguido. "Tiene todo el sentido del mundo, hay que luchar por los sueños de uno, hay que luchar por lo que uno cree. Esto demuestra a muchas personas que sí se puede".
Al finalizar la competición, la clasificación final dejó al equipo británico GBR B2 de Lucy Hodges en primera posición, España quedó segunda y el tercer puesto fue para el británico GBR B3. "Los ingleses aún nos están preguntando que cómo lo hemos hecho", revela Dani con orgullo justificado. "Es impresionante. Hemos sido el primer equipo español que llega a competir a nivel oficial en un mundial inclusivo y hemos arrasado".
El resto de la delegación española también destacó en el campeonato. Violeta del Reino ocupó la octava plaza en la modalidad de regatistas individuales, Jana Mestre alcanzó la novena posición, y la tripulación formada por Pau Toni Homar y Ramón Gutiérrez ascendió hasta la segunda plaza en dobles.

Un equipo imposible con resultados extraordinarios
La historia de esta tripulación española es tan improbable como inspiradora. Carmen López, surfista invidente tricampeona de España y campeona del mundo de surf adaptado, nunca había navegado antes. Pudo entrenar apenas dos días en Barcelona antes de embarcarse rumbo a Omán. Mónica Azón, olímpica y bicampeona del mundo de Yngling, y Jordi Sánchez, heptacampeón de España de F18, completaban un cuarteto que se conoció hace menos de un mes.
"Se formó hace tres semanas. No llega al mes que hace que nos hemos constituido como un equipo de navegación con discapacidad visual", explica Dani, cuya voz transmite todavía la emoción de lo vivido. "Carmen solo pudo navegar dos días en Barcelona y luego ya los dos entrenamientos que hemos tenido aquí y los cinco días de competición, y hemos sido segundos detrás del equipo de Gran Bretaña".
El contraste con sus rivales no podía ser más dramático. El equipo británico GBR B2, liderado por Lucy Hodges, lleva más de 15 años navegando junto, cuenta con recursos abundantes y llegó a Omán como clara favorita. "Reino Unido ha venido a este mundial a por todas. Han venido con tres tripulaciones y todas ellas muy entrenadas y compenetradas", reconoce Dani. Sin embargo, la tripulación española logró situarse por delante de dos de esos equipos británicos.
El poder del timón que canta
En un Fareast 28R —un crucero de 9 metros de eslora con mayor superficie vélica que un J70—, Dani Anglada comandaba el timón. En las regatas de blind sailing, las dos personas con visión tienen prohibido tocar el timón o las escotas principales. En el caso del equipo español, Mónica Azón asumió el rol de táctica. Junto a ella, Jordi Sánchez, trimmer que se ocupó únicamente de la vela de proa y de ajustes finos en la mayor permitidos por el reglamento.
Las dos plazas clave en la maniobra estaban reservadas para los regatistas ciegos. Carmen López llevó la vela mayor, controlando escota fina y carro, una función esencial porque la mayor es el auténtico motor del barco. Dani Anglada fue el encargado del timón y del backstay (control de flexión del mástil). Cada tripulante tenía funciones exclusivas a las que el resto no podía acceder, lo que hacía imprescindible la precisión en la comunicación.
Sin referencias visuales, la conducción del barco se basa principalmente en las sensaciones: la presión en la caña, la respuesta del casco, cómo se percibe la entrada de una racha. Dani Anglada explica que con los días el “feeling” mejora, y que cuando la intuición no basta, el apoyo de la táctica permite corregir rumbo o ajuste: “Orza un poco más, caza mayor, sube carro…”.
"Yo que vengo del patín catalán, desde que me quedé invidente, el timón también habla, habla bastante y a veces hasta canta y todo", explica Dani con una sonrisa que se percibe al otro lado del teléfono. "Se funciona por sensaciones. A medida que van pasando los días vas cogiendo mucho feeling de cuando carga la racha, cuando debes orzar".
La jornada del 6 de diciembre fue especialmente memorable. Tras realizar siete mangas en un solo día —el máximo del campeonato— la tripulación española experimentó una montaña rusa emocional. Dos terceros puestos, seguidos de dos segundos. Luego, un inesperado cuarto lugar que actuó como revulsivo. La reacción fue fulminante: dos victorias consecutivas para cerrar la jornada.

El compromiso inquebrantable de Mónica Azón
Detrás de este logro deportivo hay historias de sacrificio y compromiso que trascienden la competición. Mónica Azón, con una carrera repleta de éxitos que incluye participación olímpica y dos títulos mundiales, dejó su trabajo, su familia y su vida durante nueve días para hacer realidad el sueño de Dani.
"Para mí ha sido realmente descubrir otro tipo de competición muy distinta a la que estoy acostumbrada", reflexiona Mónica sobre la experiencia. "He aprendido muchísimo de cómo cambia la vida, de cómo te puede cambiar, y entonces te pones en el papel de ellos. Yo siempre digo que lo importante una vez que has hecho tu carrera deportiva es dar oportunidades a los otros para poderles ayudar".
Como táctica del barco, Mónica tenía prohibido tocar absolutamente nada. Su misión era transmitir información constante a Dani y Carmen, convertirse en sus ojos sobre el agua. "La táctica no es solo mirar la estrategia, analizar el campo, dónde están los otros posicionados, sino transmitir esa información a unas personas que no ven", explica Dani. "Para que pudiéramos, en mi caso, llevar la embarcación, gobernarla y Carmen controlar la mayor, que es al final el motor del barco".
La comunicación se convirtió en el arma secreta de este equipo imposible. Cada racha de viento, cada cambio de presión, cada maniobra de los rivales debía ser traducida en palabras, en instrucciones precisas que permitieran a dos navegantes invidentes competir al más alto nivel. "Pues arriba un poco más, orza un poco más, caza más mayor, sube carro", ejemplifica Dani sobre las indicaciones constantes que recibía.
El apoyo del Port Masnou: más que un respaldo logístico
Nada de esto habría sido posible sin el respaldo decidido del Port Masnou y el Club Náutico El Masnou. Dani también reconoce a Anquor y a Jordi Sanchez, de A Bordo Sailing. Y sobre todo a Mónica Azón. “ Lo ha puesto todo para estar aquí. Piensa que llevamos aquí casi 9 días. Han dejado sus trabajos, sus familias. Eso vale mucho, mucho más que el dinero. El dinero sirve para poder hacerlo, pero esto no se haría sin personas así".
Para Mónica, que además de regatista es Comodoro del Club Náutico El Masnou, este compromiso representa una apuesta de futuro. "Desde el momento que Port Masnou y el Club Náutico El Masnou confiaron en Dani, el proyecto que yo diría que acaba de empezar va a hacerse muy grande", asegura con convicción. "Dani tiene muchas ganas de expandir el proyecto y de hacer realidad que todos los chicos o las personas invidentes en España puedan conocer el deporte de la vela, y allí va a estar Port Masnou y el Club Náutico para darle toda la ayuda que necesite".
El objetivo es ambicioso: convertir al Port Masnou y al Club Náutico El Masnou en referentes de la vela inclusiva en España. "Tenemos que hacer que nuestro deporte sea totalmente inclusivo y eso quiere decir que no haya nadie en España con deficiencia visual que no pueda tener la oportunidad como mínimo de descubrir nuestro deporte", declara Mónica. "Ojalá muchos otros clubs se quieran sumar con la iniciativa".

Navegar con tripulación: un nuevo mundo
Para Dani Anglada, esta experiencia ha significado mucho más que una medalla. "Yo siempre había estado navegando bastante solo, que era mi obsesión, la autonomía, la toma de decisión a bordo", confiesa. "Y aquí he conocido un mundo al cual me he enganchado y al cual seguiremos para futuros eventos. Este no ha sido el primero y el único, sino van a venir más".
La autonomía que siempre persiguió en su patín a vela catalán encuentra ahora una nueva expresión en el trabajo en equipo. "Nunca imaginé que hubiera gente que creyera en poder compartir, en poder disfrutar y hacer vivir a unas personas con discapacidad, pero al final no dejamos de ser personas, una experiencia tan única como es estar en un mundial y arrasar de esta manera", reflexiona.
Al final de aquella jornada épica del 6 de diciembre, Dani "volvía a sentirse muy feliz y admirado por volver a sentir el placer de navegar y hacerlo sin ver". Esa frase lo resume todo: el placer esencial de la navegación, despojado de lo visual, concentrado en sensaciones puras, en el diálogo entre el marinero y su embarcación, en la confianza absoluta en los compañeros que prestan sus ojos.
El futuro: Brisbane 2032 en el horizonte
Este primer Mundial de Vela Inclusiva, que reunió por primera vez a deportistas con discapacidad intelectual, física y visual, representa mucho más que una competición. Es una demostración de fuerza dirigida al Comité Paralímpico Internacional para que la vela vuelva a ser un deporte paralímpico.
"Esta decisión se tomará antes del mes de julio del 26", explica Dani sobre el plazo para que la vela sea incluida en Brisbane 2032. Aunque Los Ángeles 2028 ya quedó fuera de alcance, el horizonte australiano brilla con posibilidades.
Mientras tanto, el equipo ya piensa en el futuro inmediato. El segundo Mundial de Vela Inclusiva se disputará en Portugal en octubre de 2026, y Dani confía en que todo el equipo apostará por volver a estar ahí. Además, planean participar en campeonatos de blind sailing en Inglaterra y Francia, adentrándose en ese circuito internacional que acaban de descubrir.
Pero el sueño más ambicioso de Dani trasciende las competiciones: crear una escuela de vela para personas con discapacidad visual en el Port Masnou. "Dani tiene una energía imparable, es una persona que está luchando mañana, tarde y noche. Solo piensa en esto", describe Mónica con admiración. "Esta alineación de los astros ya con Dani en el centro la tenemos".
Los desafíos son enormes. "Hace falta financiación para poder crear esta escuela que quiere hacer Dani, para que la gente crea en el proyecto y poner los recursos para que sea posible", reconoce Mónica. "Hay que tener unas buenas embarcaciones que se puedan adaptar, un buen material, una buena escuela y unos buenos instructores. El tema económico, aunque cueste decirlo, es importante en cualquier proyecto".

El mensaje que trasciende el deporte
Cuando se le pregunta qué mensaje quiere transmitir después de esta experiencia, Dani no duda: "La primera limitación somos nosotros mismos. Si tú tienes un pensamiento, trabájalo, lúchalo, rodéate de las mejores personas que puedas encontrar y no dejes que esa gente que llamo “tóxica” influya sobre ti en tus ideas, porque será duro, yo no lo niego y ha habido momentos que he pensado que no puedo más con todo esto y lo dejo, pero estoy satisfecho de personalmente no haberlo parado y haber llegado aquí".
Mónica, desde su perspectiva de deportista consagrada que ahora dedica su experiencia a abrir caminos para otros, añade una reflexión profunda: "Yo creo que al final nos ha aportado muchísimo poder trabajar y sobre todo poder como deportista aportar toda mi experiencia a un equipo con una ilusión increíble. He aprendido muchísimo de cómo cambia la vida, de cómo te puede cambiar y entonces te pones en el papel de ellos".
El equipo español regresará a casa con la medalla de plata, pero sobre todo con la certeza de haber iniciado algo mucho más grande que un podio. Como dice Dani: "Este no ha sido el primero y el único, van a venir más". Y con el respaldo del Port Masnou, del Club Náutico El Masnou y la pasión inquebrantable de este grupo de navegantes extraordinarios, nadie duda de que así será.



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