La Golden Cup Badalona 2025 reunirá a las grandes flotas del crucero y a los mejores regatistas del país
- Dario D'Atri
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- 28 oct
- 3 Min. de lectura

La Golden Cup Badalona celebrará su séptima edición del 31 de octubre al 2 de noviembre, consolidada como una de las citas más esperadas del calendario otoñal de regatas en el Mediterráneo español. Organizada por Enregata, con el apoyo de Marina Badalona, el evento repetirá el exitoso formato mixto que combina pruebas de altura con regatas técnicas de bastones, una fórmula que en 2024 reunió a más de 300 regatistas y marcó un récord de participación.
Este año, la regata contará con más de 55 embarcaciones inscritas y unos 250 tripulantes, reflejando su creciente prestigio en el panorama nacional. La cita será además puntuable para el Campeonato de Catalunya ORC de Altura y cerrará el Circuito Regatas Ausmar 2025, tras haber pasado por La Ruta de la Sal, la Regata Bahía de Pollença y la Ruta de la Tramuntana, entre otras pruebas destacadas.
El programa deportivo se desplegará a lo largo de tres jornadas. El viernes 31 de octubre, la flota de altura afrontará un recorrido de 60 millas náuticas con salida y llegada frente al puerto de Badalona. El sábado 1 de noviembre, los equipos de ORC se medirán en dos regatas barlovento-sotavento frente al litoral badalonés, en un formato de competición técnica y de gran exigencia táctica. El domingo 2, ambas flotas compartirán un mismo campo de regatas para la prueba costera final, de unas 18 a 20 millas, navegando entre Badalona y Barcelona.
La estructura recuerda al nuevo formato del Mundial de vela de crucero ORC celebrado este verano en Estonia, que combinó regatas largas, costeras y bastones en un mismo campeonato, premiando tanto la velocidad como la consistencia.

El listado de inscritos muestra un nivel deportivo excepcional.
Entre los participantes destaca el Formula X, nuevo modelo X41 Race del astillero danés X-Yachts, que este año se coronó campeón del mundo ORC en Estonia bajo la caña del gallego Gonzalo Araujo.
También competirá el Jau!, un J36 de última generación patroneado por Guillermo Altadill, uno de los grandes navegantes oceánicos españoles, con dos Volvo Ocean Race, dos Whitbread y seis vueltas al mundo a sus espaldas.
El regatista Iñaki Castañer, con diez títulos mundiales y una amplia trayectoria internacional, participará al mando del Intrigue, un Swan 56 que obtuvo la tercera plaza en la Giraglia 2024.
El Yellow Rose, X35 de Marten Jan Ringers, defenderá el título tras haberse impuesto en las dos últimas ediciones de la Golden Cup. Su presencia simboliza el creciente interés de equipos del norte de Europa, entre ellos los holandeses Elke, Saiola X, Tramendu y Diabolic, que volverán a Badalona para disputar el trofeo.
Más allá de la competición, la Golden Cup Badalona es también un evento ciudadano. Durante el sábado 1 de noviembre, Marina Badalona organizará una fiesta de la vela abierta al público, con música, gastronomía y ambiente festivo en la explanada frente a Capitanía. Coincidiendo con la tradicional castañada, la cita busca acercar el mar a la población local y consolidar el puerto como un espacio de encuentro entre deportistas y vecinos.
La iniciativa se enmarca en el proceso de reapertura de Badalona al mar, impulsado por el consistorio y Port de Badalona, que trabajan en la transformación urbanística y marítima de su fachada litoral. En este contexto, la Golden Cup se ha convertido en un símbolo del nuevo vínculo de la ciudad con la náutica.
El evento contará además con la categoría Salina, reservada a tripulaciones con al menos un 50 % de mujeres, una propuesta que debutó con éxito el año pasado y que busca promover la participación femenina en la vela de crucero.
Con el respaldo del Ayuntamiento de Badalona, la Federación Catalana de Vela, el Club de Vela Badalona, y el patrocinio de Marina Badalona, Ausmar, RAECY y la revista Skipper, la Golden Cup Badalona confirma su papel como una de las pruebas de referencia en el litoral catalán.
Su equilibrio entre competición, convivencia y apertura al público la convierte en un ejemplo de cómo la vela puede integrar deporte, territorio y comunidad.



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